Hermano y hermana, tú que estas en Cristo Jesús quizás no te sientas tan glorioso cuando estas siguiendo a Cristo. Algunos tenemos momentos de cansancio, otros momentos de confesión de pecado, otros momentos de frustración con el mundo, otros momentos de tribulación y aflicción por testificar de Jesús, otros momentos de entera dependencia con Dios, otros momentos que son más estables a medida que crecemos y maduramos.
Pero Dios nos reorienta y nos hace ver que la gloria futura que vamos a disfrutar con El cambia nuestra perspectiva en el presente. Dios también nos declara que El comparte Su gloria con Sus hijos en el presente.
La gloria futura
Un día Dios promete que gozaremos de Su gloria de una manera completa – ¡seremos como Jesús!
1 Juan 3:2
2 Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Cristo se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos como Él es.
En ese día las realidades que vivimos en este mundo dejaran de ser, y entraremos a una nueva realidad con Cristo y con todos los que se entregaron a Él. Tendremos cuerpos glorificados (1 Corintios 15:35-58) y estaremos en el cielo con Dios por siempre en completa ausencia del pecado y toda tristeza que experimentamos en este mundo (Apocalipsis 21). La gloria futura no se compara a cualquier aflicción o tribulación que estemos o que vayamos a experimentar en este mundo caído (Romanos 8:18-24) o por causa de testificar de Cristo (2 Corintios 4:17).
Es por eso que el apóstol Pablo dijo que las aflicciones que vienen a nuestras vidas por seguir a Cristo no se comparan con el peso de gloria que disfrutaremos con El en el cielo. Es como una balanza en donde la gloria futura es mucho mas valiosa que cualquier presión que recibamos por seguir a Jesús. Estar con Cristo hoy y sufrir por Su nombre es glorioso en los ojos de Dios, no importa el grado de la aflicción o cuanto dure.
La gloria presente
Pero mientras ese día llegue, nosotros podemos disfrutar de ciertos aspectos de la gloria de Dios.
Cristo nos comparte de Su gloria para estar unidos en El y hacer ver a un mundo perdido que El es real y que El cambia todo
Juan 17:22-23a
22 »La gloria que me diste les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno: 23 Yo en ellos, y Tú en Mí,
Cristo comparte de Su gloria de dos maneras. Primero ¡para que seamos uno con El y el Padre son uno! Pausa y piensa en esto hermano. Dios comparte de Su gloria con nosotros cuando nos convertimos a El y Él nos añadido a Su Cuerpo – que es un solo cuerpo compuesto de todos los cristianos verdaderos y convertidos en todo el mundo. Ahora Cristo Jesús vive en ti por medio del Espíritu Santo, y de la misma manera que Cristo y el Padre son uno, tu eres uno también con Cristo. A medida que vemos esta verdad por la fe, tu vas a querer ser mas como Cristo que vive en ti (Romanos 8:28).
Cristo comparte de Su gloria con nosotros para que nos esforcemos en estar unidos.
Juan 17:23b – 24
para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepaque Tú me enviaste, y que los amaste tal como me has amado a Mí.
Ya que todavía vivimos en nuestro cuerpo todavía no estamos completamente revestidos en perfección como lo seremos en el futuro. Por eso vemos divisiones en las Iglesias locales a causa del pecado y el orgullo y falta de humildad y amor Cristiano. Dios nos llama a esforzarnos a mantener la unidad en el Espíritu Santo esforzándonos por la paz. A medidas que nuestro cuerpo en Ashland crece con el favor de Dios siempre tenemos que recordar que esforzarnos por la unidad revela la gloria de Cristo al mundo y manifiesta a un mundo perdido y dividido la realidad de que Cristo vive y salva a pecadores y los une en Su cuerpo para que juntos y unidos vivan el Evangelio de salvación. Una Iglesia dividida encubre a Cristo al mundo.
La gloria de Su Resurrección y Mediación
Tanto la gloria presente que disfrutamos en Cristo y la gloria futura son solo posibles porque Cristo Jesús resucito de los muertos, ascendió a la Diestra del Padre, y está Intercediendo por nosotros.
Hebreos 7:25
Por lo cual Él también es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de Él se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos.
Cristo Jesús está intercediendo por nosotros siempre; el todavía está obrando y sirviéndote a ti amado hermano y hermana. Él es nuestro Abogado delante del Padre (1 Juan 2:1), mientras Satanás busca acusarnos y decirle al Padre que no merecemos disfrutar de Su gloria por la eternidad. Pero Jesús dice
“Yo soy el que vine por mi oveja perdida. El que di mi vida para pagar por sus pecados. Yo soy su abogado defensor. Para mi oveja ya no hay condenación (romanos 8:1)”
El intercede por Su Pueblo simple y gloriosamente porque Él Vive. Jesús es Dios que descendió del cielo por nosotros para vivir la vida perfecta que nosotros no podemos vivir, y dar su vida por nosotros en la cruz del Calvario. Tres días después el resucito de entre los muertos mostrando Su poder sobre el pecado y la muerte. Su resurrección nos recuerda que este mundo con todas sus aflicciones y tribulaciones no son el capítulo final de nuestras vidas. Para ti amado hermano y hermana, vas a disfrutar de la gloria futura y gozas de la gloria en el presente de Jesús porque El la comparte contigo y porque vive por siempre para interceder por ti.
Vivamos entonces esta vida y la vida venidera para Su gloria – este es el fin del plan de Dios.